Los canarios creen que las instituciones favorecen más a las personas migrantes

Un estudio de ObiTen revela que bajo esta percepción subyace una «peligrosa justificación moral» que deriva en la exclusión radical

Canarias 7, INGRID ORTIZ LAS PALMAS DE GRAN CANARIA., 08-03-2021

El 52% de los canarios considera que la inmigración es excesiva y uno de cada tres percibe este fenómeno como una amenaza multidimensional, que incluye elementos materiales de la vida (acceso a determinados recursos, seguridad, aspectos económicos) y elementos simbólicos como la identidad y la cultura. Estas son algunas de las conclusiones extraídas de un estudio elaborado por el Observatorio de Inmigración de Tenerife (ObiTen) que dan claves para interpretar el proceso psicosocial que atraviesa a la sociedad en la actualidad.

A pesar de que el marco de investigación se ha restringido a la isla capitalina durante el periodo de 2017 a 2019, el coordinador de la publicación, Daniel Buraschi. ha asegurado que es extrapolable al resto del archipiélago. «El estudio se hace en un campo de trabajo donde la actual crisis de los cayucos estaba bien lejos. Sin embargo, ya una tercera parte de las personas nacidas en Canarias consideraban antipáticas a las personas llegadas de toda la región del Magreb», indicó durante su presentación. «Cuando ahora hablamos de brotes xenófobos como si hubieran surgido de la nada, realmente vienen de actitudes negativas que ya estaban radicalizadas».

A esto se suma la percepción de que existe un agravio comparativo por el que la sociedad canaria considera que a los inmigrantes reciben un trato de favor de parte de las instituciones. Una conclusión que el investigador ve con preocupación, ya que considera puede servir como excusa para levantar una «frontera moral» y justificar, por ejemplo, la omisión de socorro o un trato indigno. «Amparados en el mensaje de que ellos son el enemigo, los que nos quitan algo a nosotros, los que están en hoteles mientras aquí pasamos hambre, se activa un marco de resentimiento que es muy peligroso».

La ausencia de datos dificulta la lucha contra un problema estructural que, a menudo, deja de lado el marco institucional

Esto aborda un problema estructural al que Canarias no termina de hacer frente. Una cuestión que también se ve dificultada por una falta de datos segregados por raza o específicos en materia migratoria. Mba Bee, portavoz del movimiento panafricanista, critica que cada vez que se trata el racismo, se tiende a preocuparse más por la imagen de las islas que por la violencia que sufren las personas migrantes. De hecho, el estudio revela que existe un cierto consenso entre la población canaria al percibirse como una sociedad «abierta y tolerante», una visión compartida, en parte, por los propios extranjeros. Sin embargo, para Bee, esta cuestión deja de lado el marco institucional. «La pregunta debería ser si las administraciones son más igualitarias aquí que en en el resto de países de Europa. Yo creo que no», indica.

En esta línea, también critica que se continúe «echando balones fuera» en temas competenciales, teniendo en cuenta que Canarias lleva siendo un espacio consolidado de recepción de inmigración aproximadamente desde el 2000. «Una sociedad que se construye como acogedora y abierta se prepara porque es consciente de que aquí está muriendo gente. Si veinte años después no nos hacemos responsables y seguimos esperando por otros, tenemos un problema».

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