Comienza el juicio del ‘caso Floyd’, que destapó la resiliencia del racismo en EE.UU.

La primera prueba será elegir un jurado capaz de ser imparcial en el proceso

ABC, Javier Ansorena, 08-03-2021

¿Quién no conoce a George Floyd? El mundo vio cómo un policía le hincaba la rodilla contra su cuello durante nueve minutos interminables. Lo grabaron en sus móviles quienes pasaban por la calle de Mineápolis en la que Floyd fue detenido el 25 de mayo del año pasado. En el vídeo, que voló en la prensa y en redes sociales, se veía al hombre negro repitiendo que no podía respirar antes de desvanecerse. ¿Alguien no lo vio? El horror de su muerte convirtió el nombre de George Floyd en la bandera de un movimiento. Se coreó en las miles de protestas contra el racismo y los abusos policiales a la minoría negra que tomaron EE.UU. y, en un movimiento hasta ahora desconocido, el resto del mundo, de Londres a Brisbane. Su rostro cubrió murales y pósters en las ciudades de todo el país y activó una oleada de exigencias de ataque, y, como reacción, de defensa, a los cuerpos de policía.

Hoy comienza el juicio sobre esa muerte y el primer desafío será encontrar doce personas que no hayan sido afectadas por la conversión de Floyd en un símbolo. En los juzgados de Mineápolis empezarán a desfilar decenas de candidatos para formar el jurado que decidirá la suerte de Derek Chauvin, el policía que asfixió a Floyd. Abogados y fiscales se pelearán para encontrar ciudadanos que, en su opinión, sean al menos imparciales. Porque encontrar a doce personas en Mineápolis que desconozcan el caso parece imposible. En la principal ciudad de Minnesota hay una plaza dedicada a Floyd, en el lugar en que murió, y su muerte sumió a la ciudad en el caos y la violencia durante días.

Acusación

Chauvin, de 44 años, fue acusado el pasado mayo de homicidio en segundo grado –es decir, producto de una negligencia– y en tercer grado –no intencionado–. Los abogados de la familia de Floyd buscaban que la acusación fuera de primer grado, es decir, intencionado.

Los jurados deberán determinar si Chauvin, un veterano del cuerpo de policía de Mineápolis que completaba su salario por las noches como agente de seguridad de bares, es culpable de esos delitos. Aquel día, Chauvin y otros agentes detuvieron a Floyd, de 46 años, después de recibir una llamada de una tienda de la zona. Se le acusaba de haber pagado un paquete de cigarrillos con un billete de 20 dólares falso. Los oficiales arrestaron a Floyd y lo esposaron. Se resistió a entrar en el coche de policía y fue entonces cuando lo lanzaron contra el suelo y Chauvin hincó la rodilla contra su cuello. Otros tres agentes participaron en el episodio: dos sujetaron el cuerpo de Floyd y otro vigiló la escena. Los tres han sido acusado de colaboración en el homicidio de segundo grado y también pasarán por juicio, previsto para el próximo agosto.

La muerte sacudió Mineápolis, EE.UU. y el mundo. Al sexto día del fallecimiento de Floyd, ya había manifestaciones en 75 ciudades del país. La mayoría de ellas fueron pacíficas, pero prendió la violencia. En Mineápolis los manifestantes quemaron negocios y vehículos, saquearon tiendas y llegaron a tomar y destrozar una comisaría de policía. Los episodios violentos se contagiaron a otras ciudades, de Nueva York a Portland.

La muerte de Floyd, el último episodio de abusos policiales a la minoría negra, provocó una reflexión colectiva de la sociedad estadounidense sobre la permanencia del racismo estructural en el país. También dio un nuevo impulso al movimiento Black Lives Matter y radicalizó los mensajes contra la policía. ‘Abolición de la policía’ y ‘ recortes a la policía’ fueron los lemas que se impusieron tras una movilización masiva.

La imagen de la rodilla de Chauvin contra el cuello de Floyd provocó revisiones de las prácticas policiales, en especial en su relación con las minorías raciales. Hubo investigaciones, despidos, dimisiones y reformas en cuerpos de policía de todo el país.

Batalla política

Los ataques y condenas a la policía provocaron una batalla política en un país roto por la polarización y en plena campaña electoral. Donald Trump, que venía por detrás en las encuestas por el impacto de la crisis sanitaria y económica de la pandemia de Covid-19, hizo de su defensa de la policía, del mensaje de ‘ley y orden’, una de sus principales bazas de campaña. Su rival, Joe Biden, trató de hacer equilibrios entre apoyar las protestas y dar respaldo a los cuerpos de policía.

Biden ganó la Casa Blanca y los demócratas mantuvieron la Cámara de Representantes y recuperaron el Senado. La semana pasada, la cámara baja aprobó una ley de reforma policial que lleva el nombre de Floyd, y que busca reducir la inmunidad que asiste a los agentes de policía en el uso de sus funciones. Antes de que eso ocurra, deberá dilucidarse el futuro de Chauvin. Como el resto de sus compañeros, fue expulsado de la policía tras verse las imágenes. Está en libertad condicional desde el pasado octubre tras depositar una fianza de un millón de dólares.

Un proceso tenso y retransmitido en directo

Este fin de semana se han celebrado manifestaciones contra los abusos policiales en Mineápolis y hoy, el día en el que empieza el juicio contra Derek Chauvin, hay protestas y vigilias organizadas en la ciudad. Los juzgados y los edificios administrativos de alrededor están parapetados con vallas, protecciones de hormigón y alambres de púas.

La tensión que arrastra el juicio desde las protestas del verano se suma a la de la pandemia y a sucesos como el asalto al Capitolio el 6 de enero. La presencia de medios y público en el juzgado será mínima, entre medidas de seguridad por el covid y por posibles protestas violentas. Pero el juicio será más público que nunca. El juzgado ha permitido que sea retransmitido en directo por un canal especializado en procesos judiciales, Court TV, que se convirtió en un fenómeno nacional por la emisión del juicio a O. J. Simpson en 1995.

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