Más de un centenar de inmigrantes permanecían ayer bloqueados en Irún (Guipúzcoa) después de que la gendarmería haya empezado a impedirles cruzar al país vecino, lo que ha obligado al Gobierno Vasco a activar un plan de contingencia para poder acogerles en albergues y observar a la vez las restricciones impuestas por la pandemia.

Según expuso a la ETB el director de Migración y Asilo autonómico, Xabier Legarreta, desde la semana pasada está llegando a la localidad «más gente de lo habitual», que cifró en cerca de cien personas el viernes y una cifra algo superior el sábado, al parecer todos ellos inmigrantes llegados a la Península en febrero desde Canarias. La Red de Apoyo a Irún señaló que los agentes galos están siendo más «rigurosos» con los que quieren cruzar a Francia y que la situación es «grave».

Conocidas son las intenciones del presidente galo, Emmanuel Macron, de poner freno a los llamados ‘movimientos secundarios’ de inmigrantes, si es necesario limitando la hasta hace poco área de libertad de movimiento, el espacio Schengen, acogiéndose a uno de los artículos que habilita a instaurar controles por razones de «seguridad nacional».

La excusa de luchar contra el yihadismo, sobre todo tras los atentados terroristas de 2015 en París, ha sido invocada repetidas veces para cerrar fronteras interiores. A comienzos de este mismo año, sin ir más lejos, ordenó primero el cierre del puerto de Portillon, punto de acceso secundario a Francia desde el Valle de Arán, y una semana después, de otros cinco cruces más en Cataluña, que permanecen clausurados sin fecha de reapertura.

Dentro de este esquema, el bloqueo de inmigrantes en Irún de estos días no es nuevo. Ya se ha registrado otras veces, la última en noviembre, entonces también con el argumento de restringir la movilidad por la pandemia, y algunos de los subsaharianos que pretendían seguir su camino hacia el norte tuvieron que dormir al raso.

En esta ocasión, el Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana ha reaccionado a tiempo y se ha habilitado para estas personas en tránsito el albergue permanente de Cruz roja el municipal para peregrinos y el del vecino municipio de Hondarribia. Ciento seis personas pernoctaron el sábado en ellos.

Con anterioridad a estos episodios, en 2018 Francia devolvió una media mensual de un millar de inmigrantes interceptados en controles fronterizos en torno a Irún, a los que directamente transportaba en coches al lado español de la frontera.