'Moria', viaje al corazón de las tinieblas

Unahoramenos pone en escena en la SIT su proyecto escénico y documental que retrata las condiciones de vida de los refugiados en Lesbos

Canarias 7, David Ojeda DAVID OJEDA, 25-01-2021

La madrugada del pasado 9 de septiembre el infierno se materializó en Moria, el campamento de refugiados más grande de Europa en donde se encontraban hacinadas más de 13.000 personas. Un voraz incendio redujo a cenizas el hogar de la infamia, el corazón de las tinieblas. Donde muchas personas se daban de bruces con una realidad que les demostraba que el viejo continente no era ese espacio de proyección hacia un mundo mejor.

Unos meses antes había estando en la isla griega de Lesbos, donde se hallaba el campamento, una representación de la compañía teatral grancanaria Unahoramenos, con su director Mario Vega y su productor Valentín Rodríguez al frente. Iban acompañados por el periodista Nicolás Castellano, especializado en fenómenos migratorios. El proyecto se fundamentaba en documentar la forma de vida de los migrantes que se encontraban en aquellas lonas y detrás de aquellas rejas. Y su cristalización en una puesta en escena teatral, con formato documento y de carácter inmersivo, se podrá ver el próximo fin de semana en Sala Insular de Teatro (29, 30 y 31) con la intensa propuesta representada por las actrices Marta Viera y Ruth Sánchez.

Imagen tomada por el equipo de Unahoramenos en Moria.
Imagen tomada por el equipo de Unahoramenos en Moria. / C7
El equipo de Unahoramenos trabajó en Moria con el corazón en un puño. Allí grabaron muchas entrevistas con refugiados y trabajadores de onegés. Documentaron con imágenes el escenario que allí vivieron y, una vez fuera del campamento, construyeron una escenografía que será sustentada por las dos interpretes dentro de una carpa de seis por seis metros, apoyadas por parte del material visual recogido durante la visita.

Un trabajo salvaje a nivel emocional para Viera y Sánchez, que darán vida a la convivencia dentro de esa caseta de la afgana Zhora Amiryar y la iraquí Douaa Alhavatem. «La parte de creación del espectáculo es muy diferente a otras, aunque evidentemente tiene muchos puntos en común con un formato de teatro tradicional. Pero ya solo la disposición del público, tener a la gente tan cerca. Trabajar con los olores, con la comida, con la sensación del tacto de las mantas en el suelo. Es un proceso diferente y muy gratificante», indica Sánchez. «Además de las entrevistas, que son a cual más impresionante, están las imágenes, la experiencia de nuestros compañeros. Todo lo que nos han contado que vivieron allí. Eso crea un poso del que tú te acabas preguntando cómo vas a interpretar eso. Porque hacemos el relato de dos personas que existen, que no son personajes de ficción. Dos mujeres que han pasado por esas vivencias y eso te carga de responsabilidad», añade Viera.

Las dos actrices durante un momento del montaje.
Las dos actrices durante un momento del montaje. / C7
Moria ardió, aunque hoy existe una segunda parte del modelo. Su construcción inicial estaba planificada para recibir a 3.000 refugiados, cantidad que pronto se vio desbordada. La historia, siempre circular, hace que ese escenario tenga un vaso comunicante con lo que a día de hoy sucede en Gran Canaria.Algo que no estaba previsto inicialmente por el equipo de Unahoramenos pero que convierte la propuesta en algo totalmente pertinente.

Así lo ven las actrices. Y es por ello por lo que creen que está propuesta es necesaria y reveladora, como adelanta Ruth Sánchez. «Es bastante duro porque parece que hemos normalizado la imagen del refugiado a pesar de esa cantidad ingente de niños. Por eso es relevante ponerles nombre, caras y escuchar sus testimonios. Siendo los escogidos los menos duros de los que se encontró el equipo que trabajó en Moria. Se hicieron varias entrevistas, no solo la de los personajes que trabajamos. Nos dijo Valentín que eligieron las más creíbles. Porque las había tan duras que la gente podía llegar a no creérselas. Trabajar con estas realidades es duro y me hace pensar en la suerte que tenemos. Que es algo que debería ser una obligación. Y desde la profesión se debe visibilizar y sensibilizar a los que vayan a vernos sobre esta situación», dice.

Marta Viera, por su lado, entiende que la mejor forma de acercarse al contexto de este conflicto está en la veracidad con la que se plantea la obra. «Una de las principales líneas de esta producción es esa. Hacer puro teatro documental. Que sea inmersivo y en el que el público entre en una de esas casetas del campo de refugiados, donde se encuentran esas mujeres y forme parte de viajar allí para tener testimonios reales de lo que ha sucedido y sucede en Moria y en tantos campos de refugiados.Con esa crudeza y esa realidad», manifiesta.

Precisamente eso fue lo que a ella más le conmovió y le dio material para abordar la construcción del personaje. «Esa parte de documentación. De escucharlas a ellas y ver cómo se enfrentan a las entrevistas, porque les da cierto pudor enfrentarse a contar su vida. Por eso da un poco de miedo que parezca que lo que estamos haciendo es mentira, porque nada más lejos de la realidad. Con todo el cuidado de intentar ser lo más realistas posible sobre la situación que viven ellas y muchas más personas en los campos de refugiados de todo el mundo», expone.

Es por ello por lo que Sánchez defiende que las tornas se viren y el público forme parte de la escenografía, alojado dentro de las casetas donde sucede la vida de Zhora y Douaa. «Es importante que llegue y se hable de ello. Se trata de abrirles un poco los ojos, las orejas o el corazón. Muera mucha gente viviendo a nuestras costas simplemente por buscar una vida digna. Que un bebé se ahogue en nuestras costas y que a nosotros nos parezca que es que nos viene a quitar el trabajo me parece inhumano e indefendible», argumenta una actriz especialmente conmovida por «la situación de los niños. Es extremadamente cruel. Hay muchos niños solos caminando por el campo de refugiados buscándose la vida. Calentándose las manos con un vaso de plástico. Y la violación y el suicidio infantil, que no suele salir en los medios de comunicación. Y está a la orden del día con unos índices muy altos. Que una niña de cuatro años, por ejemplo, llegue a eso por sufrir una violación es algo que solo pensarlo ahora me remueve mucho», expresó emocionado.

El contexto y el personaje son igual de importantes a la hora de abordar la atmósfera que se espera trasladar en escena. «Es fundamental ponerles nombre y apellidos, porque parece que si los conocemos lo tenemos más en cuenta. Si no son números o porcentajes que parecen más lejanos», subraya Viera.

Chalecos salvavidas amontonados en Moria.
Chalecos salvavidas amontonados en Moria. / C7
Más contenidos.

Al margen de la propuesta escénica, ‘Moria’ ofrece más contenidos, como una exposición fotográfica que se podrá ver en el acceso a la sala central de la Sala Insular de Teatro. También habrá una conferencia el día 28 en la que participará el periodista Nicolás Castellano.

De esta forma se dará una visión amplia del proyecto llevado a cabo por los responsables de Unahoramenos, un enfoque documental que no solo reflejara el resultado de los días de trabajo en el campamento instalado en la isla griega de Lesbos en el escenario sino que busca una perspectiva más amplia.

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