Prevenir en inmigración

ULTRAMAR Sería imperdonable no desactivar el nocivo ambiente que ya se empieza a respirar

Canarias 7, Vicente Llorca Llinares VICENTE LLORCA LLINARES, 25-01-2021

El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Blas Trujillo, justificó el paso de Gran Canaria al nivel 3 de alerta por la covid como medida preventiva para evitar que la isla alcanzase los muy elevados datos que se registraron en Tenerife, a la vista de que el comportamiento estaba siendo similar a como allí fue hace algo más de un mes. Sin duda, una medida sabia y plausible, por cuanto ya se sabe que es mucho mejor prevenir que curar. Aún así, ahí seguimos sufriendo.

En todo caso, la lección bien convendría aprenderla y aplicarla a otras crisis que van en paralelo a la sanitaria y también nos acogotan: la migratoria, por ejemplo, donde algunos incidentes aislados protagonizados por inmigrantes acogidos en la zona sur de Gran Canaria y también la capital han desatado un clima de inseguridad que urge abortar, sencillamente porque de no hacerlo se desatarán los demonios, que ya truenan.

La nefasta gestión realizada en este asunto, con el muelle de Arguineguín convertido en clamoroso cartel de la vergüenza y el posterior hospedaje de miles de migrantes, primero en centros turísticos y ahora camino de campamentos habilitados al efecto, sin horizonte ni respuesta, no presagia nada edificante.

Vivimos tiempos en los que hay sobradas muestras que dejan claro que son muchos a quienes la realidad les importa un bledo, de ahí que urja desmontar las situaciones que den pábulo al nacimiento del odio, porque aun siendo excepcionales les importarán un carajo para construir un discurso de confrontación. Y sabido es que no somos una limpia patena, por mucho que presumamos, pero, aún así los actos violentos protagonizados por algunos inmigrantes no son de recibo, por lo que se precisan acciones preventivas, para que unos pocos no manchen a todos. A nosotros y a ellos.

Con más del 40% de la población activa en paro o en ERTE y (subiendo), con el sector terciario, algo más de un 70% de nuestro PIB, paralizado, mientras los periodos de incertidumbre se dilatan, todo se torna más y más oscuro, lo que facilita que los adalides de la barbarie encuentren caldo de cultivo.

La crisis migratoria que asola Canarias precisa respuestas inmediatas, porque ya se ha dejado pasar demasiado tiempo. La presión va ‘in crescendo’. Hay que prevenir antes de que los desmanes se tornen incorregibles. Ojalá se esté aún a tiempo porque sería imperdonable no desactivar el nocivo ambiente que ya se empieza a respirar.

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