La llegada masiva de migrantes a Gran Canaria en los últimos meses se ha convertido en un «auténtico quebradero de cabeza» para los efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil que trabajan a diario en los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán. Esa es la expresión que utiliza uno de los agentes destinados en la Comisaría de Maspalomas, que a diario debe actuar «en numerosos servicios en los que, principalmente, los que provocan los líos son migrantes de origen magrebí que hay alojados en los establecimientos turísticos», describe. «Está claro que tenemos un problema y por eso han tenido que reforzar tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil en los núcleos turísticos y hasta la gente residente nos pide por la calle que por favor haya más presencia policial para evitar altercados», describió.

«Nada que perder»
En enclaves como Maspalomas y Playas del Inglés «se han cambiado las típicas peleas de alemanes o ingleses borrachos en las zonas de ocio por los conflictos con magrebíes, aunque ambos tienen una diferencia», destaca otro agente que trabaja desde hace casi una década en la zona. «En el primero de los casos, los problemas ocurrían solo los fines de semana y cuando llegábamos al lugar, todo acababa porque todo el mundo se iba y solo quedaban los problemáticos», narró. Ahora, prosiguió, «cuando vamos a un aviso nos encontramos grupos grandes de alborotadores que no tienen nada que perder y se enfrentan a nosotros o nos lanzan lo primero que encuentran. Muchos compañeros han encontrado incluso armas blancas en las zonas donde estaban y suelen entrar en establecimientos a robar, preferentemente, alcohol», destacó.

Un agente de Policía Nacional en labores de vigilancia.
Un agente de Policía Nacional en labores de vigilancia.
«Luego en los hoteles hay mucho conflicto», abundó el agente que tuvo que ir al hotel Waikiki «por una agresión a un vigilante de seguridad con un destornillador y nos llevamos al autor detenido. También hay problemas en Vista Oasis, el Rey Carlos, la plaza del Hierro o en el Vistaflor, donde tuvimos que entrar con escudos», ahondó.

Varios agentes en patrulla.
Varios agentes en patrulla.
En Mogán la situación es similar y ahora las patrullas de seguridad ciudadana se han visto reforzadas por los Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil: «Era muy necesario porque nosotros estábamos en la calle sin apenas medios para contener grupos violentos», expresó un agente que vivió de cerca «numerosos incidentes con menores y adultos magrebíes que están alojándose en apartamentos. «Vamos a complejos que están llenos con cientos de migrantes que no tienen nada que perder y nosotros sólo éramos dos o tres guardias y sin medios antidisturbios, te puedes imaginar», se lamentó.

«Está claro que no se puede generalizar y que los que crean problemas no son mayoría, pero alborotan al resto de migrantes y por eso se generan tantas peleas multitudinarias», apuntó. «Son gente que está 24 horas sin trabajar ni hacer nada, que beben alcohol que suelen robar en cualquier lado y el aburrimiento les da por tener acción y poco está pasando porque no hay turismo en las calles. Si estuviera la hostelería llena, los pubs, discotecas y playas a reventar como es costumbre por estas fechas, no quiero ni pensar lo que hubiese pasado», abundó.

Ambos, policías y guardias, coinciden en pedir que los refuerzos sigan en la isla porque «este problema sigue y va a más ya que cada día llegan más pateras».