Cada día, jóvenes marroquíes, incluso niños, se echan al mar en balsas para huir de la pobreza y encontrar un futuro mejor. Van a bordo de una barquilla hinchable de plástico, de las que se compran en cualquier local para que los niños jueguen en la playa. Los críos aparecen ajenos al peligro e incluso se ríen de la situación, aunque saben que su sueño de llegar a España ha terminado, al menos por esta vez. Sus rescatadores, a bordo de una lancha con motor, agarran la balsa infantil y la remolcan a tierra. Vea el vídeo en la parte superior de esta página y lea la información completa en este enlace.