La presencia de Vox en el Parlamento Vasco se deja sentir desde el primer minuto. Y sin necesidad de ninguna intervención desde la tribuna. De momento sin palabras, solo con hechos. Tan solo se ha celebrado una sesión, el pleno del lunes para la constitución del órgano legislativo, que sirve únicamente para que los parlamentarios tomen su asiento, elegir a los miembros de la Mesa y dar por iniciada formalmente la legislatura, y el partido de Santiago Abascal ya ha dado su primer trabajo extra a los órganos de gobierno de la Cámara.

La Mesa analizará hoy, en su primera reunión, el recurso de la parlamentaria Amaya Martínez por el que la representante de Vox pide la anulación del pleno porque no se exigió a los parlamentarios que, para tomar posesión del cargo, juraran o prometieran acatar la Constitución. Según Martínez, esta omisión contraviene la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) que en su artículo 108.8 dispone que «en el momento de tomar posesión y para adquirir la plena condición de sus cargos, los candidatos electos deben jurar o prometer acatamiento a la Constitución, así como cumplimentar los demás requisitos previstos en las Leyes o reglamentos respectivos».

Antecedentes
Lo previsible es que la Mesa rechace la propuesta, ya que no es la primera vez que un parlamentario aborda esta cuestión. Lo hizo en 2016 el entonces portavoz del PP, Borja Sémper, bajo el mismo argumento y por partida doble. Primero ante la Mesa de Edad antes del nombramiento de la Mesa, y luego ante el propio órgano gestor del Parlamento. Tras ser denegada su propuesta las dos veces, el PP presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, que también fue desestimado.

La Mesa de la Cámara analiza hoy la petición de repetir el pleno del lunes para que los diputados acaten la Constitución

Electos y profesionales del Parlamento creen que, con la representante de Vox, esta legislatura no habrá margen para la flexibilidad

Así pues, el camino iniciado por Martínez ya ha sido recorrido previamente sin éxito por el PP. De hecho, el parlamentario popular Carmelo Barrio volvió a intentarlo el pasado lunes con una petición previa al pleno, ante la Mesa de la Diputación Permanente, que también desestimó la iniciativa argumentando que el Reglamento del Parlamento Vasco, en su artículo 9.1, recoge que los parlamentarios electos adquirirán plena condición como representantes de la Cámara cuando cumplan los requisitos de presentar su credencial, cumplimentar las declaraciones de actividades o bienes, y acudir a la sesión constitutiva para ocupar su escaño.

Así, según el reglamento interno y los precedentes de legislaturas anteriores, «no es necesario la jura o promesa de acatamiento a la Constitución para tomar posesión», alegaba la Diputación Permanente.

Más allá del éxito o fracaso de su recurso, la parlamentaria de Vox ha dejado claro desde el primer día que no llega al Parlamento con actitud contemplativa. Muy al contrario, lanza el mensaje de que trasladará a Euskadi, en la medida de sus posibilidades, una conducta que se ha convertido en estandarte de la formación de Abascal: recurrir por vía administrativa o judicial todo lo que entienda que no se ciñe estrictamente al marco legal vigente y a los procedimientos establecidos.

Tensión
Una situación que, según fuentes parlamentarias, crea cierta tensión en los grupos políticos y en los propios letrados del Parlamento Vasco los juristas encargados de velar por el correcto funcionamiento de la institución, que asumen que esta va a ser una legislatura sin margen para la flexibilidad, en la que habrán de ser especialmente estrictos en el cumplimiento de los procedimientos y plazos establecidos en el reglamento, por insignificante que pueda resultar cualquier variación.

De momento, la Cámara vivirá hoy su segunda sesión de la XII legislatura vasca, con el pleno en el que se elegirá la Comisión Provisional de Incompatibilidades, para la que cada grupo puede proponer dos miembros. En principio, un mero trámite de poco más de cinco minutos. Salvo que Vox decida lo contrario.