PREMIO AL MEJOR PROFESOR DEL MUNDO

La escuela concertada creada por un carpintero que ha roto con el mito de la segregación

Larry Rosenstock gana el premio al mejor proyecto educativo entregado en el marco de la cumbre educativa Wise, celebrada en Doha, por sus escuelas innovadoras que acogen a niños de todas las clases, razas y etnias y que apuestan por un método basado proyectos y en las que casi el cien por cien de los alumnos logra entrar con éxito a la universidad

ABC, Josefina G. Stegmann , 20-11-2019

En la ciudad de la educación de élite, de donde emergen los que ahora tanto gusta llamar “líderes del futuro” daba clase Larry Rosenstock. Y no lo hacía en las aulas de Harvard o del MIT sino en un centro comunitario para alumnos de instituto de Boston a los que les enseñana nociones de carpintería.

Allá, por los años 60, Larry tenía una nutrida formación en derecho pero optó por la docencia y fue esa decisión la que determinó su vida y la de muchos niños y jóvenes norteamericanos e inmigrantes. En las aulas de aquel centro comunitario, Larry comprobó que no había diferencias de rendimiento entre los jóvenes provenientes de familias humildes respecto a los de hogares más adinerados y, pese a ello, tenían diferentes oportunidades académicas. “Usaban mucho las manos pero no sus capacidades intelectuales", cuenta Larry a ABC.

Así, se puso manos a la obra y abrió su propia escuela: la High Tech High (HTH). Lo hizo bajo el paraguas del Estado a través de los que en Estados unidos se conoce como “charter school”. La administración, con el objetivo de hacer más innovador el ámbito educativo, financia escuelas creadas por grupos de la comunidad que, aún siguiendo la ley, son independientes, pueden escoger su propio curriculum así como los profesores que van a contratar.

Con su escuela, Larry ha querido romper con un gran problema con el que acarrea la educación en Estados Unidos: la segregación por raza, etnia y clase. “En la mayoría de nuestras ciudades y pueblos, la vivienda está bastante segregada por raza y estatus económico. Como la mayoría de las escuelas se basan en el vecindario, esto deriva en la segregación escolar. Pero nosotros hemos roto con eso, a nuestras escuelas vienen de todos lados”, cuenta Larry. De barrios ricos y pobres. ¿Cómo lo ha hecho? “Lo hacemos a través de un sorteo basado en el código postal”. Pero Larry ha querido romper también con otras formas de segregación como la basada en las capacidades. “En nuestras escuelas no hay ningún tipo de examen para entrar y todos los alumnos están en las mismas clases, no hay diferentes programas para los más habilidosos respecto a los que menos, están todos mezclados en el mismo programa y en las escuelas públicas no es tan así”, explica Larry.

Así han conseguido crear una escuela integradora que, además, rompe con un modelo decimonónimo: contenidos basados solo en textos, enseñanza de asignaturas aisladas, clases largas y sin “feedback”, poca relación de los contenidos con el mundo real y con lo que tiene significado para el alumno. Es el prestigio lo que también se ha convertido en el “imán” para los niños de mayor poder adquisitivo que pueden optar por cualquier centro. “Vienen aquí porque lo estamos haciendo bien, es justo decirlo. Se hacen investigaciones, entrevistas, tienen profesores apasionados por lo que hacen. Maestros y alumnos juegan en el mismo equipo, se tiene mucho respeto”, se sincera Larry.

El proyecto de Larry ha sido reconocido con el Premio Wise. Se trata de unos galardones entregados en el marco de la enorme cumbre educativa bienal de Wise, celebrada en Doha y organizada por la Fundación Qatar. Este año se celebra desde este martes hasta el próximo jueves y cuenta con más de 3.000 asistentes. El premio ha sido establecido en 2011 por la Jequesa Sheikha Moza bint Nasser y reconoce al ganador con una medalla y 500.000 dólares.

Aprendizaje basado en proyectos y conectado con el mundo real
Las escuelas de este norteamericano no solo son innovadoras es por romper barreras sino también por su planteamiento pedagógico. Así, la enseñanza está basada fundamentalmente en proyectos que conectan a los niños con el mundo real y que unen el aprendizaje académico con el tecnológico. “Tienen asignaturas típicas como Historia, Matemáticas o Ciencias pero el enfoque es completamente diferente. Por ejemplo, si en Literatura están tratando sobre veteranos de guerra, hacen entrevistas, salen a la calle, construyen historias, etc”, explica su mujer, que lo ha acompañado en su odisea.

Además, cuenta con una facultad de educación donde forma como maestros a profesionales en activo como físicos, matemáticos o informáticos que hacen prácticas en las dieciséis escuelas.

Actualmente, HTH tiene 16 escuelas repartidas en San Diego (California) y forma niños de todas las edades desde el año 2000. En total, hay más de 6.000 inscritos y el 97% ha sido aceptado en la universidad (la media nacional es del 69%). Además, “nuestros alumnos han publicado más de 200 libros, recibido patentes por invenciones, creado películas que han sido premiadas y han realizado investigaciones que han sido utilizadas por la comunidad y diferentes instituciones. Y, lo más importante, han tenido vidas llenas y exitosas”.

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