La ultraderecha exhibe su fuerza a una semana de las europeas

Salvini reúne a líderes de fuerzas ultranacionalistas de once países

La Voz de Galicia, GONZALO BAREÑO , 20-05-2019

Convocada por el líder de la Liga Norte y ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, la ultraderecha europea hizo el sábado una demostración de fuerza sin precedentes a una semana de las elecciones al Parlamento Europeo. Representantes de once formaciones populistas de extrema derecha, entre las que no figuraba la española Vox, que declinó la invitación, se reunieron en una gran manifestación junto a la catedral de Milán a la que asistieron decenas de miles de personas pese a la persistente lluvia. Junto a Salvini, anfitrión y maestro de ceremonias, los discursos más destacados fueron pronunciados por la francesa Marine Le Pen, líder de Reagrupamiento Nacional francés, y Geert Wilders, del Partido para la Libertad holandés. Pero intervinieron también representantes de partidos afines como Alternativa por Alemania (AFD), los Verdaderos Finlandeses, el Partido del Pueblo Danés, los ultranacionalistas austriacos de la FPÖ, el Volya búlgaro, el SPD checo, el SME Rodina de Eslovaquia, el flamenco Vlaams Belang y el estonio Ekre, todos ellos unidos por el euroescepcticismo y el ultranacionalismo, pese a sus diferencias en materia económica y en lo que afecta a la política exterior. «Europa no es Macron y Juncker»La pretensión de Salvini es sumar a todos ellos al Movimiento Europa de las Naciones y de las Libertades (ENF) y entrar en el Parlamento Europeo con una fuerza suficiente para condicionar las directrices en materia de inmigración, defensa de los valores cristianos, rechazo al multiculturalismo, devolución del poder a los estados miembros y, en definitiva, acabar con los propios principios que dieron origen a la Unión Europea. Por ahora, las encuestas les sitúan como el cuarto grupo en el europarlamento, por detrás de los populares, socialistas y liberales, aunque su aspiración situarse como terceros. Lo que no logró Salvini es sumar a su marcha al partido Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orban, que se mantiene, pese a estar suspendido, en el Partido Popular Europeo. Orban, tan duro o más que Salvini en materia de inmigración, ha apoyado públicamente al líder italiano y le ha ofrecido colaboración tras el 26 de mayo, pero se ha negado a unirse a él.«Estamos viviendo un momento histórico: la liberación de nuestros países de Bruselas», proclamó Salvini, que reclamó «dejar atrás a Merkel, a Soros y al Islam». «Europa no es Macron ni Juncker, sino nuestros agricultores masacrados por los burócratas europeos», añadió el líder italiano, que rechazó ser un radical. «Los extremistas son los que han gobernado Europa durante veinte años», aseguró, al tiempo que criticó la «traición «de «las élites y los poderosos que han ocupado a Europa en nombre de la economía y del dios del dinero y la inmigración sin control». En un discurso plagado de alusiones religiosas, reivindicó la «Europa originaria» que defendía «uno de los hombres más grandes de la historia de la Humanidad: San Juan Pablo II» y recordó las críticas de Benedicto XVI a quienes «negaron las raíces judeocristianas» de Europa. «El 26 de mayo devolveremos el poder al pueblo y Europa volverá a alzar la cabeza», aseguró la francesa Marine Le Pen, que cargó contra una inmigración, que, dijo, «somete a nuestros países y pone en peligro a nuestros pueblos». La líder del Reagrupamiento Nacional galo explicó que hace cinco años su partido y las fuerzas afines en Europa estaban «aislados», pero a día de hoy «finalmente estaremos en posición de cambiar esta Europa».

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