Gipuzkoa

La alta cocina, solidaria con Zaporeak

La fiesta gastronómica Koxk! en Donostia agotó sus existencias | Los asistentes acabaron con los 10.000 pintxos que aportaron desinteresadamente restaurantes y bares

Diario Vasco, Teresa Flaño, 24-09-2018

La asociación Zaporeak está acostumbrada a realizar ‘milagros’ y a multiplicar sus existencias y el dinero que recaudan, como si fueran panes y peces, para dar de comer a muchos de los refugiados que llegan a la costa griega, pero todo tiene un límite y sus reservas económicas se van reduciendo. Ahora se encuentran en un ‘impasse’, analizando si acudirán con sus cocinas a Lesbos, Atenas o Tesalónica. Pero decidan lo que decidan, una cosa tienen clara, solo hay caja hasta finales de diciembre. Para poder alargar su estancia necesitan apoyo económico y una forma de conseguirlo en los últimos años es la fiesta gastronómica-solidaria Koxk!, que ayer celebró su quinta edición con 60 puestos y más de 10.000 pintxos de alta gama.
En la plaza Bernart Etxepare de Intxaurrondo, Zaporeak volvió a hacer algún milagrillo porque consiguió que muchos pudieran degustar platos de las estrellas Michelin de Donostialdea por uno y dos euros, según los productos y la complejidad de su elaboración. Porque ¿dónde se puede degustar a ese precio un huevo a baja temperatura con txipirones pelayo picaditos en su tinta de Arzak o un Arko gorria de Mugaritz que consiste en un hojaldre de pan ácimo, sin levadura, con maíz fresco, pimentón espeletta, cebollino y queso fresco? Desde Akelarre llegó una densa zurrukutuna y el Kokotxa apostó por una tortilla de bacalao en vaso con puré de cebolla, pimiento verde, cebolla pochada con bacalao, espuma de yema y torreznos.
Ayer había muchas estrellas Michelin, no solo las de los que aparecen en la famosa guía. Todos los que ofrecían sus pintxos y sus bebidas en los pequeños stands de la plaza tenían sus propias estrellas en solidaridad. No faltó la famosa tortilla de patatas del Juantxo, y La Viña, como no podía ser de otra manera, vendía raciones y más raciones de tarta de queso. El Aratz apostó por un cubito de patata, hongo confitado y yema, y el restaurante Rita llegó con un verdel marinado y ahumado lacado con salsa teriyaki y ajo blanco malagueño, «sencillo de montar, pero con una elaboración muy costosa, sobre todo desespinando los verdeles», comentaba el cocinero Ismael Iglesias.
La recaudación está destinada a dar de comer a refugiados que llegan a Grecia

Muchos de los participantes hicieron un esfuerzo doble porque además de la preparación de los pintxos, dejaron sus cocinas durante unas horas en una jornada complicada: un soleado domingo en pleno Zinemaldia. «La ocasión lo merece», comentaba Pablo Loureiro, del restaurante Urola, que se afanaba en preparar cientos de pintxos de tartar de bonito elaborado con ventresca, antxoa y mayonesa con guindilla encurtida.
En el Ganbara este año cambiaron las gildas de las ediciones anteriores por sus conocidos cruasanes de salmón, jamón o bacalao, el pastel de pescado y la tartaleta de bonito. No faltó una representación del Zeruko con un talo de maíz de oreja, pico de gallo y un aliño a base de vermouth.
De momento tampoco tienen estrella, pero seguro que en el futuro alguno de los alumnos de 1º y 2º del Basque Culinary Center que ayer elaboraron una sabrosa paella de pollo, txistorra y jamón, la conseguirá.
Concurso de quesos
No faltó el concurso de queso de Idiazabal que se celebra todos los años y que lleva el nombre de uno de los primeros cocineros que se involucró en el proyecto de Zaporeak, Juan Mari Arzak. Participaron diez piezas: 3 alavesas, 3 navarras y 4 guipuzcoanas. El cocinero mostró su satisfacción por cómo transcurría la fiesta: «Esto es la bomba, da gusto que la gente responda de esta manera». Su hija Elena, que formó parte del jurado, explicaba que toda la familia se había implicado porque sus hijos estaban ayudando en el stand del restaurante «porque hay que concienciarlos desde pequeños. Todos tenemos que echar una mano, de la manera que cada uno pueda».
Hubo tiempo para los homenajes. Llegado desde Chios para vivir el día estuvo Michail Vorrias ‘Pirata’, creador y miembro de Feox Rescue, que trabaja por y para los refugiados en Chios. Además se recordó a Antxon Berrueta, colaborador habitual de Zaporeak, fallecido el pasado enero. También se pudo disfrutar de dos demostraciones en directo, una a cargo de Anne Otegi y Vanessa Blázquez, que dieron a conocer detalles de su nuevo proyecto culinario saludable Osoa Cooking, y de Dani López, del Kokotxa, que explicó cómo había elaborado su pintxo.
A medida que avanzaba la mañana la plaza se iba llenando y los pintxos volaban y, para satisfacción de la organización, se agotaron. Eso no fue un milagro, sino el resultado de la solidaridad de los asistentes. Ya lo decía el alcalde donostiarra, Eneko Goia, poco antes de la inauguración de la fiesta Koxk!: «Merece la pena aunar la solidaridad con algo tan representativo nuestro como es la gastronomía».

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