Seguidores de la ultraderechista Alternativa para Alemania Seguidores de la ultraderechista Alternativa para Alemania - EFE Los ultras alemanes son ya el segundo partido más votado en las encuestas

Las amenazas de romper la coalición de gobierno les ha hecho daño a los principales partidos políticos

ABC, Rosalía Sánchez, 18-07-2018

Los desacuerdos y las profundas desavenencias entre la CDU de Merkel y la CSU de Baviera, que desde el final de la II Guerra Mundial concurren juntas a las elecciones en Alemania, están creando desorientación y repulsa entre sus votantes, al tiempo que elevan en las encuestas al partido antieuropeo y antiextranjerosAlternativa para Alemania (AfD). Según el último sondeo Insa, si se celebrasen elecciones este domingo, AfD sería el segundo partido más votado, con el 17,5% y por delante de los socialdemócratas del SPD. Desde el 19 de junio, fecha en que el ministro de Interior Horst Seehofer comenzó a amenazar con romper la coalición de gobierno por sus diferencias de criterio con Merkel en materia de refugiados, el bloque CDU/CSU ha perdido un 4% de los apoyos, aunque los que más siguen perdiendo son el SPD y Los Verdes, cuyo carácter de partido con opción a formar parte del gobierno se reduce dramáticamente y que son los objetivos a los que AfD está dispuesto a dirigir sus bombardeos durante los próximos meses.

«La Agenda 2010 ha sido un desastre par Alemania», clama en diversas entrevistas uno de los líders del partido, Jürgen Pohl, en referencia a las reformas que impulsó el excanciller socialdemócrata Gernhard Schröder, que ayudaron al país a permanecer a flote durante la crisis financiera al precio de renunciar al estad de bienestar. «Los niños pobres de hoy son los jubilados miserables de mañana», repite su colega en la directiva de AfD Björn Jöcke, que este discurso reivindicativo de política social, que bien podría defender cualquier partido de izquierda, será la tónica de ahora en adelante, una estrategia destinada a ganar espacio en los Bundesländer orientales, el territorio de la antigua RDA, y que ya está dando sus primeros resultados en las encuestas.

Ambos han elaborado un documento con «un nuevo concepto para revalorizar las pensiones» que quieren presentar próximamente en Berlín en el que al parecer se establecen diferencias entre los ciudadanos con nacionalidad alemana y los ciudadanos a secas. Los miembros más liberales de la directiva de AfD no están muy de acuerdo con el papel sobre pensiones porque calculan que tendría un aumento de gastos de 125.000 millones de euros al año. A la espera de que el documento sea sometido a votación interna, su mera filtración ha supuesto ha servido para inflar el apoyo demoscópico, que en algunos sondeos regionales llega incluso al 24%.

«AfD se está beneficiando además de un proceso de erosión que afecta a todos los grandes partidos políticos europeos y que está alimentando a los partidos pequeños», añade el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Passau, Heinrich Oberreuter, «los grandes partidos ofrecen programas muy amplios que quedan desdibujadoa para la opinión pública, que de alguna manera encuentra en estos partidos, los que apenas llevan una docena de puntos en sus agendas, una representación que perciben como más personalizada y acorde con sus intereses. Se están beneficiando de tomar como asuntos estrella temas que los grandes partidos apenas si toman en serio».

Las primeras y muy relevantes elecciones que tendrán lugar en Alemania serán las regionales de Baviera en octubre. Según el instituto GMS, AfD se disputará allí el puesto de segundo partido más votado con Los Verdes, ambos rondando el 14%, mientras que la CSU seguirá en el primer lugar con alrededor del 40% de los votos. No se espera que el SPD supere el 12%. «Nuestro modelo, tanto a escala federal como en los Bundesländer es Austria», ha reconocido la presidenta del AfD Alice Weidel, «la coalición formada por el Partido Popular de Austria ÖVP y el Partido Liberal FPÖ, que está haciendo un trabajo excepcional tanto en lo que respecta a la velocidad con la que han reformado el gobierno como a la puesta en práctica de los acuerdos de coalición». «Las personas y los nombres hacen que sea imposible por ahora en Alemania», lamenta, «pero a largo plazo no lo descarto».

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