Las historias de inmigración que dieron forma a la Europa del presente

El Periodico, Laura Zornoza, 17-03-2018
Una copa para conmemorar las bodas de plata de una pareja polaca en 1836, un ukelele que acompaña a una estadounidense en su nueva vida en Europa y un collar de conchas de recuerdos infantiles en las playas de India. Todos ellos formarán parte de la nueva colección de Europeana sobre la migración europea.

La misión de Europeana, la biblioteca digital europea que ya ha reunido recuerdos y objetos sobre eventos históricos como la Primera Guerra Mundial, es presentar la inmigración como una historia positiva, que ha dado forma a Europa tal y como la entendemos hoy y en la que todos los europeos se pueden reconocer.

Desde esta semana y hasta la próxima primavera, en rincones de Europa tan alejados como la Biblioteca Nacional de Serbia en Belgrado o el Museo de la Emigración Irlandesa en Dublín, cualquier ciudadano podrá llevar un elemento “simbólico” que explique su historia familiar de inmigración.
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Georges Merzbach, un belga de origen polaco, ha sido una de las decenas de personas que se han acercado hoy a la Casa de la Historia Europea para contar cómo la inmigración ha definido la historia de su familia.

Su trastatarabuelo Sigismond-Henry Merzbach se hizo con una copa ornamental de plata, con motivos barrocos y la figura de un cisne en su tapadera, para regalar a sus padres por el 25 aniversario de su boda.

El hombre, que vivía en Poznan (Polonia), ordenó grabar en alemán una frase de felicitación para sus padres, en la que figura la fecha de las bodas de plata, el 18 de marzo de 1836.

Posteriormente, la mujer de Sigismond-Henry entregó la copa a su hija Klara cuando esta cumplió las bodas de plata con su marido, una tradición que han continuado todos sus descendientes y que no se perdió cuando, a finales del siglo XIX, la familia emigró a Bélgica.

Merzbach explica que ha decidido traer la copa para digitalizarla como parte de la colección porque fue “un gran esfuerzo de su trastatarabuelo” que no debe quedarse guardado.

En la colección no solo hay objetos de cientos de años de antigüedad, sino también recuerdos y documentos más recientes que pueden ayudar a entender las diferentes olas de inmigración que ha vivido Europa, incluyendo la más actual.

Marieke Slovin Lewis, una estadounidense de origen judío que ha emigrado a Bélgica por el trabajo de su marido, se considera “privilegiada” por haber podido emigrar “con mis dos gatos y mi ukelele”, el instrumento que le ha acompañado en sus diferentes etapas en todo el mundo y que aporta a la colección de Europeana.

Su trabajo como letrista musical le ha llevado a trabajar en centros de refugiados en los que, cuenta, ha encontrado a personas que han dejado en su país de origen a toda su familia.

“Hay un espectro enorme de experiencias, razones y maneras en las que la gente emigra, pero creo que las emociones y retos que experimentamos, aunque unos sean más extremos que otros, son comunes”, cuenta la mujer.

“Esperamos que las personas que compartan las historias se hagan más conscientes de sí mismas y de lo importante que es ser abierto ante la migración”, explica a Efe el director ejecutivo en funciones de Europeana, Harry Verwayen.

Verwayen reconoce que él nunca había pensado sobre sí mismo como un inmigrante hasta que comenzó a trabajar en este proyecto, pese a haber nacido en Holanda, haber vivido en Estados Unidos y Francia y a que su abuelo vivió durante 30 años en Indonesia y volvió a Europa sin apenas posesiones en los años 60.

“Esto me hizo darme cuenta de que la inmigración no está muy lejos de nosotros. Las historias de Indonesia forman parte de mi familia, usamos palabras de este país, comemos su comida regularmente… esto es lo que necesitamos hacer como sociedad, devolver la inmigración a nuestra conciencia no como algo que pueda gustarte o no, sino algo que está ahí”, dijo Verwayen.

En un momento histórico en el que la retórica antiinmigración crece en Estados Unidos y se extiende desde el este al centro de Europa, Verwayen confía en que la colección de Europeana, disponible de forma gratuita en su página web, sirva para cambiar la perspectiva social sobre los inmigrantes.

“Sabemos que este tema es una patata caliente política, pero esto nos motiva aún más para hacerlo, por la responsabilidad que tenemos. Si vas lo suficientemente lejos, todos los países tienen inmigración”, señala.

Para el director ejecutivo de la biblioteca, las próximas generaciones de niños, como las decenas de alumnos belgas que asistieron al lanzamiento de la iniciativa en Bruselas, “necesitan vivir en un ambiente donde la palabra inmigración no esté contaminada con violencia”.

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