El Rey ha recibido hoy a una veintena de participantes en la Conferencia Ministerial de Madrid sobre Víctimas de Violencia Étnica y Religiosa en Oriente Medio, que le han expuesto las iniciativas promovidas por este foro internacional para proteger los derechos de más de 2,5 millones de desplazados.

El jefe de la diplomacia española, Alfonso Dastis, acompañaba a los más de veinte invitados pertenecientes a distintos países y organizaciones internacionales que han acudido a este encuentro con Felipe VI, quien ha posado con ellos en las escaleras de los jardines del Palacio de la Zarzuela para los medios gráficos antes de reunirse con todos a puerta cerrada en el Salón de Audiencias.

Los ministros de Exteriores de Jordania, Irak, Armenia, la Autoridad Palestina y Hungría, los viceministros de Grecia, Croacia, Rumanía, Argelia, Kuwait, Emiratos Árabes y Kazajistán y el subsecretario de Relaciones con los Estados del Vaticano formaban parte de esta delegación, junto con los arzobispos de Alepo (Siria) y Basora (Irak) y el obispo de la ciudad iraquí de Kirkuk.

El Palacio de El Pardo de Madrid acogerá mañana esta conferencia internacional, en la que participan unos 70 países y organizaciones bajo la presidencia conjunta de España y Jordania, con el objetivo de preservar los derechos humanos y la diversidad cultural y religiosa de Oriente Medio frente el Dáesh y otras organizaciones terroristas.

La Conferencia de Madrid, que velará por el cumplimiento del plan de acción aprobado en París en septiembre de 2015, en la primera edición de este foro internacional, impulsará medidas para facilitar el regreso voluntario y duradero de los desplazados y para poner fin a la impunidad de quienes cometan crímenes contra la población por razones de pertenencia étnica o de convicción religiosa.

El debate abierto en marzo de 2015 sobre este problema en el Consejo de Seguridad de la ONU, del que España formaba entonces parte como miembro no permanente, desembocó en la organización aquel año de la primera Conferencia Ministerial en París, donde 56 Estados y organizaciones regionales e internacionales acordaron acciones para favorecer a las poblaciones perseguidas en Irak y Siria.