«No cabe reaccionar a la defensiva» ante los casos de pederastia

Los obispos Iceta, Elizalde y Munilla defienden la reelección de Blázquez y la filosofía del Papa: «El magisterio de Francisco es muy rico y conlleva una reforma profunda de la vida de la Iglesia»

El Correo, Iván orio, 24-03-2017

Mario Iceta, Juan Carlos Elizalde y José Ignacio Munilla sostienen que la reciente reelección de Ricardo Blázquez como presidente de la Conferencia Episcopal fue «casi espontánea», y defienden el magisterio del Papa Francisco. «Conlleva una reforma profunda de la vida de la Iglesia», subrayan. Respecto a los recientes casos de pederastia, como el del exvicario general de Gipuzkoa Juan Cruz Mendizabal, dicen que «no cabe reaccionar a la defensiva, escudándose en que se trata de hechos minoritarios». «Estamos ante una oportunidad de purificar y autentificar nuestro compromiso con el mensaje evangélico», resaltan.

Los obispos acaban de celebrar elecciones. ¿Es Ricardo Blázquez la persona adecuada para liderar en estos momentos la Iglesia española?

José Ignacio Munilla: La comunión interna en el Episcopado español es muy grande, en contra de todas las falsas imágenes que se han pretendido difundir. No conozco partido político, sindicato, club deportivo, etcétera, con un nivel de comunión interna similar al del Episcopado español. En este contexto, la elección de monseñor Blázquez ha sido muy sencilla, me atrevería a decir que casi espontánea, ya que es un hombre humilde y eficaz, con una cabeza privilegiada, que a pesar de su edad se mantiene en una forma envidiable, y que suscita un gran consenso entre los obispos de España.

- El Congreso de los Diputados prepara un gran pacto de Estado sobre la educación. ¿Tiene que estar la Iglesia en su gestación? – José Ignacio Munilla: Ojalá se pudiera realizar en la presente legislatura. La ausencia de mayorías absolutas podría ser una oportunidad para ello, por aquello de ‘hacer de la necesidad virtud’; pero, por otra parte, la división interna de algunos partidos políticos no ayuda a la hora de priorizar el bien común, ya que es muy fácil caer en esas circunstancias en la tentación del ‘carrierismo’. En cualquier caso, con respecto a su pregunta, el pacto de Estado sobre educación no debe circunscribirse al ámbito de los partidos políticos, sino que debe ser un verdadero pacto social, en el que estén presentes todos los sectores implicados en el reto educativo. En nuestros días, cuando se invoca la necesidad de priorizar la educación pública, se olvida que, etimológicamente, el vocablo ‘público’ procede de ‘pueblo’, y no de ‘político’. La Iglesia aporta una parte de las iniciativas sociales que nacen de ese pueblo, y por lo tanto, es necesario que esté presente en el pacto educativo. De hecho, ya se han producido algunos contactos entre el Ministerio de Educación y la Conferencia Episcopal.

- ¿Se corre el riesgo de que la asignatura de Religión desaparezca de las escuelas? – Juan Carlos Elizalde: Siempre existe ese riesgo, aunque para ello tendrían que conculcar el derecho de la mayoría de los padres que hoy por hoy quieren la asignatura de Religión en la escuela. En el debate sobre la asignatura de Religión, lo que está en juego no es tanto la presencia de la Iglesia en el sistema educativo, sino el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos.

- Ustedes van a publicar pronto un documento conjunto sobre la educación. ¿Cuál es el mensaje principal? – Mario Iceta: Pensamos que la educación es una cuestión social nuclear tanto de hecho, como tarea o como debate. Es un asunto fundamental para el pleno desarrollo de la personalidad del ser humano y para la construcción de una sociedad más humana, más justa y solidaria. Constatamos que existe un debate social permanente con conciencia de necesidad de acuerdos básicos. En este contexto, las familias necesitan ser acompañadas en una situación social compleja. Con esta carta pretendemos ofrecer una aportación para caminar hacia un terreno compartido en el necesario debate público. La Iglesia quiere ofrecer el servicio leal y constructivo a la tarea educativa como lo ha venido haciendo en una historia dilatada de servicio a la sociedad.

En esas elecciones un núcleo importante de obispos se decantó por monseñor Cañizares como vicepresidente en lugar de monseñor Osoro, considerado uno de los hombres del Papa en España. ¿Significa eso que existen reservas a la línea de Francisco?

Juan Carlos Elizalde: En absoluto. En la Conferencia existen diferentes sensibilidades y acentos porque hay un cauce amplio y ancho en el que coincidimos todos. Lo de San Agustín: «Unidad en lo necesario, libertad en lo opinable, caridad en todo». Está claro que Pedro, el Papa Francisco, forma parte de lo necesario y vinculante y con un gozo enorme.

Algunos analistas creen que a los obispos españoles les cuesta subirse al carro del Papa Francisco.

Mario Iceta: Yo no soy quién para hablar en nombre de todos los obispos. Pero le aseguro que los documentos, indicaciones, reformas, comunicación tanto verbal como de los múltiples gestos del Santo Padre los intentamos asimilar y llevar a la práctica, siendo conscientes de que es un proceso que no se realiza de la noche al día. El magisterio del Papa Francisco es tan rico que abarca muchas dimensiones y conlleva una reforma profunda de la vida de la Iglesia. Es un proceso que necesita tiempo, pedagogía, renovación, audacia para llevarlo a la práctica. Pero no le quepa duda de que lo estamos trabajando para que sea una realidad en nuestras diócesis y que el mensaje cala e irá dando frutos abundantes.

Los recientes casos de pederastia han sacudido a la Iglesia vasca y a la propia sociedad. ¿Han fallado los controles?

J. I. Munilla: Ante este tipo de acontecimientos no cabe reaccionar a la defensiva, escudándose en que se trata de hechos minoritarios. Por el contrario, estamos ante una oportunidad de purificar y autentificar nuestro compromiso con el mensaje evangélico; para lo cual es necesario cuidar nuestro acompañamiento personal, al mismo tiempo que se toman medidas de transparencia en nuestra labor cotidiana. En la Diócesis de San Sebastián hemos tenido la oportunidad de realizar unas jornadas formativas bajo el título ‘¿Ha cambiado algo en la Iglesia después de los escándalos sexuales?’. Pienso que han sido muy profundas y prácticas. Por cierto, se trata de seis conferencias que están a disposición de quien desee escucharlas, en nuestro canal diocesano de ‘Youtube’.

Europa está cerrando sus puertas a inmigrantes y refugiados. ¿La Iglesia tendría que levantar más su voz ante esta dramática situación?

J. C. Elizalde: Lo está haciendo desde el Papa hasta el último chaval de catequesis. Transcribo el final del último comunicado de los obispos que estamos en la Comisión Episcopal de Migraciones: «Deseamos que se cumplan, cuanto antes, las propuestas que nuestro Gobierno asumió en la acogida de los migrantes, invitándole a una más amplia generosidad en las mismas. La Iglesia, en una labor subsidiaria a la del Estado, está dispuesta a colaborar siempre dando respuestas integrales para responder a estos flujos de migrantes y refugiados. A través de sus instituciones apoya diferentes ofertas de acogida, acompañamiento e integración, como las que especialmente propone la red Migrantes con Derechos (Cáritas, Confer, Justicia y Paz y la propia Comisión Episcopal de Migraciones) y la Comunidad de San Egidio con los pasillos humanitarios».

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