Europa se ve amenazada en diversos frentes: populismos de extrema derecha, una Rusia cada vez mas agresiva, la política proteccionista de Donald Trump y las difíciles relaciones con una Turquía que, al igual que Rusia, está apostando por una mayor autocracia y nacionalismo como nueva estrategia política. Todo ello sin olvidar el Brexit. Desde los orígenes mismos de las Comunidades Europeas el futuro nunca ha sido tan incierto. Hay que apostar por una Europa de dos velocidades, los que quieran avanzar, adelante, y si resulta un éxito seguro que el resto les sigue. En una Europa cada vez más plural la toma de decisiones termina siendo un gallinero. Debemos ser un solo país. Agilizar la toma de decisiones. Hay que seducir al Reino Unido para que permanezca en la UE, hay que afrontar el problema de la inmigración musulmana, Europa no es un territorio, no es una religión, son valores, y quien quiera habitar dentro de nuestras fronteras debe adoptarlos, si no jamás se integrará. De lo contrario, no haremos más que dar armas a la extrema derecha. Europa debe ser una nación federal, con un ejército, un presidente elegido directamente por el pueblo de Europa, donde las empresas europeas deben seguir fusionándose, ya que una vez que se unifiquen los intereses económicos, la política va de la mano. Somos la primera potencia mundial, vivimos en un continente libre, democrático y, hasta hace poco, seguro. Apostemos por Europa.