La cooperativa de manteros empieza a andar

El Periodico, , 23-03-2017

Una mujer, negra y migrante, vendedora ambulante, detrás de un micrófono con el logo del Ayuntamiento de Barcelona y ante la prensa, sentada a la derecha del primer teniente de alcalde de la ciudad. Objetivo cambiar la mirada sobre el colectivo en marcha. Esa mujer es Ndaye Fatou, una de los 15 socios de la cooperativa DiomCoop – todos ellos senegaleses y procedentes de la calle – , presentada este jueves en un emotivo y muy concurrido acto en el Pati Llimona. “Queremos mostrar que detrás de la manta hay mucha dignidad”, ha explicado la portavoz de la nueva cooperativa, que ya ha llegado a acuerdos con 240 puntos de venta – sobra decir que legal – en mercados y ferias por toda la ciudad y que prevé empezar a vender – productos de comercio justo y artesanía –  este verano.

Tres de los socios fundadores ya tienen los permisos de residencia y trabajo en regla, algo imprescindible para poder formalizar la cooperativa, y para los otros 12 la cooperativa es una puerta a la regularización de su situación administrativa. Su actividad económica, vinculada a planes de ocupación, permitirá demostrar el arraigo de los socios, lo que les facilitará acceder a un permiso de residencia. Una de las grandes trabas como pasó en su día con la cooperativa de la chatarra – es la dureza de la ley de extranjería.

15 puestos de trabajo para un colectivo que el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello cifra en 200 personas, puede antojarse poco, pero Albert Alberich, director general de la Fundació Formació i Treball asegura que empiezan con pocos, pero que la iniciativa tiene una gran capacidad de réplica. “Este modelo puede ser ejemplar”, apunta Alberich.

Esta cooperativa forma parte de las políticas de ocupación iniciadas por el ayuntamiento para abordar el fenómeno de la venta ambulante con propuestas imaginativas de inserción social y laboral, conscientes de que detrás de cada manta hay personas con ganas de ganarse la vida dignamente; había que ir más allá de la gestión policial, ha señalado Pisarello. Una gestión policial que ha sido duramente criticada tanto por los propios vendedores como por entidades como SOS Racisme.

DiomCoop es una oportunidad de dejar de ser los perseguidos y pasar a ser ciudadanos de pleno derecho. Le hemos puesto Diom porque en wolof, nuestro idioma, diom significa dignidad, orgullo, la fuerza interior y la determinación para elegir, siempre y en cualquier circunstancia, el camino del bien, ha destacado Fatou, una de las tres mujeres de una cooperativa que tiene mucho de liderazgo femenino.

Durante todo el proceso, los participantes han establecido contacto con más de 100 entidades de la ciudad para explicarles el proyecto, en el que llevan trabajando desde septiembre a través el comisionado de Economía Social y Solidaria. Entidades que van de Ibn Battuta al Col·lectiu Ronda.

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