El Banco de España alerta del riesgo que supone la alta emigración

Diario de Navarra, COLPISA. MADRID, 29-09-2014

Reclama “maximizar los esfuerzos” y propiciar un marco laboral que facilite el regreso futuro de las personas que se han ido durante la crisis
La crisis económica ha provocado una pérdida acumulada de empleo superior al 18%. Eso ha llevado a un cambio drástico en los flujos migratorios en España de tal manera que ahora las salidas superan en mucho a las entradas. El año pasado el saldo migratorio negativo alcanzó las 256.849 personas. Es decir, que España pierde población activa.  
 
Ese cambio de signo migratorio puede tener implicaciones relevantes, alerta el Banco de España. La persistencia de flujos importantes de emigración “podría tener un efecto significativo sobre el crecimiento potencial de la economía española”, señala en su último BoletínEconómico.  
 
Por ello, el supervisor financiero recalca que es necesario  "maximizar los esfuerzos encaminados a reducir la elevada tasa de paro" y propiciar un marco laboral “que facilite el regreso futuro de las personas que han emigrado durante la crisis”. El Banco de España advierte de que, si la magnitud de estos flujos se mantuviera en el tiempo, el tamaño y las características de la población activa en España “podrían cambiar significativamente a medio y largo plazo”. 
 
España recibió en el periodo 2000 – 2007 unas entradas anuales de inmigrantes equivalentes al 1,4% de la población nacional. Sin embargo, la crisis ha provocado un aumento notable de las salidas de extranjeros, aunque también de nacionales. El año pasado más de medio millón de personas se fue de España. 
 
Las salidas de España han aumentado desde 2006 hasta alcanzar las 547.890 personas en 2013, el 1,2% de la población total, según la estadística de Migraciones. Las salidas se concentran sobre todo en población extranjera, que representa el 85% de los flujos de emigración, pero los españoles muestran una progresión creciente a emigrar en el periodo reciente. De hecho, las salidas de españoles se han más que duplicado con la crisis, al pasar de unas 25.500 personas en 2008 hasta 52.160 en 2013. Los principales destinos son Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. 
 
MÁS JÓVENES
Los españoles emigrantes tienden a ser más jóvenes y educados que aquellos que permanecen en España. No obstante, a partir de 2010, se observa que son más jóvenes todavía y tienen niveles educativos más bajos, consecuencia de que la crisis ha afectado con más intensidad al empleo de los jóvenes y a las personas con menor nivel educativo, dado el impacto en sectores como la construcción. 
 
Todo lo contrario de lo que ocurría antes de la crisis. Las entradas de inmigrantes aumentaron significativamente a partir de mediados de los noventa, ya que pasaron de 80.000 en 1998 a casi un millón de personas en 2007 (el 2% de la población total). Los principales países de procedencia de esos inmigrantes eran los países europeos, seguidos de cerca por los latinoamericanos (peruanos y bolivianos, sobre todo) y por los africanos (fundamentalmente marroquíes). 
 
Con el inicio de la crisis se frenó esa tendencia creciente de los flujos de inmigrantes, aunque se ha mantenido en niveles elevados (alrededor de medio millón de personas en 2009 y 342.000 en 2013). Por su parte, el flujo de emigración, inicialmente dominado por personas de nveles educativos altos estaría cambiando recientemente al aumentar el peso de los grupos de niveles educativos más bajos, reflejando el mayor impacto de la crisis sobre estos colectivos de trabajadores. 
 
El incremento de las salidas, tanto de extranjeros residentes en España como de españoles, junto con la reducción en las entradas, ha provocado que, desde 2010, nuestro país registre un saldo migratorio negativo y que el Banco de España dé una voz de alerta ante su impacto en el crecimiento potencial de la economía.  

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)