«Disculpe, pero no puede entrar en nuestro local, retírese de la cola». Probablemente esta elegante negativa la habremos escuchado en alguna ocasión en nuestras vidas a la hora de acceder a una discoteca o un garito de moda de nuestra ciudad. Tras escuchar esa frase, resulta imposible acceder al local y se pronuncian una serie de improperios. Lo habitual es que si usted es de aquí, guipuzcoano o donostiarra más concretamente, esas palabras las haya escuchado en un estado etílico avanzado, con la lengua suelta y se despida de los miembros de seguridad de la discoteca con un altanero «ahí os quedáis, no necesito entrar para pasármelo bien». Lo que quizá también sepan es que en ocasiones no es necesario ir borracho para no ser bien recibido en algún local. A veces, tan solo el pertenecer a una raza o cultura distinta sirve como mera justificación para ahuyentar cual mosca al invitado no deseado.

DV tuvo la oportunidad de comprobar en la madrugada de ayer si esa justificación, tácita o encubierta, es utilizada en el protocolo de acceso a los locales de moda de Donostia. Para ello, compartimos noche de fiesta con cuatro parejas de voluntarios que participaron en el programa de ‘testing’ que SOS Racismo ha llevado a cabo en cinco ciudades: A Coruña, Donostia, Zaragoza, Barcelona y Madrid.

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