La percepción de papel de los inmigrantes en la economía ha empeorado en Galicia. En el último año se incrementó el número de los que consideran que la entrada de población foránea perjudica a la economía (un 34% en el 2011). La prolongada crisis económica que vive Europa y España en particular, así como los elevados índices de paro, parecen haber hecho mella en la consideración general reinante en época de bonanza, cuando predominaba la idea de que la aportación de este colectivo a las arcas de la Seguridad Social salvaría las pensiones a largo plazo.

Esta negativa percepción económica del fenómeno migratorio es uno de los resultados del Barómetro de las Migraciones 211, elaborado por la secretaría Xeral de Emigración. El estudio se realizó a través de encuestas hechas entre los meses de julio y septiembre a españoles residentes en Galicia (798), extranjeros residentes en Galicia (801) y españoles con residencia en el exterior (313). Todos ellos eran mayores de edad. Los entrevistados nacionales residían en Galicia, Argentina, Uruguay, Brasil, Suíza y Alemania. Por su parte, los extranjeros procedían en su mayor parte de Iberoamérica (398), África (204), Europa (194) y otros destinos (5).

A grandes rasgos, los nacionales residentes en Galicia y los gallegos del exterior tienen una percepción menos ajustada a la realidad que los foráneos sobre la presencia de inmigrantes, que los autóctonos consideran similar a la media de España, en realidad más alta que la gallega. El estudio refleja ciertas dificultades, como que los extranjeros llegados a Galicia muestran un empeoramiento de su relación con los gallegos: un 22% la ve peor que hace un año, por un 12% en 2010. También han bajado los porcentajes de españoles e inmigrantes que aseguran tener un trato habitual con el otro colectivo. Los gallegos ven positiva la presencia de escolares procedentes del extranjero en el aula, pero por otra parte la mayoría de encuestados (44%) responde con un «poco o nada» si le preguntan por el nivel de integración de los llegados de más allá de la frontera (mientras que la mitad de los inmigrantes se considera bastante o muy integrado). Los gallegos consideran que tener un trabajo debe ser el factor clave a la hora de regularizar la presencia en el país. En cuanto a los gallegos residentes en el extranjero, solo uno de cada cinco (22%) consideran como posibilidad real un retorno definitivo a Galicia.