En España la pobreza de los niños «no se dibuja con el dramatismo que se refleja en las naciones en desarrollo», pero eso no significa que la falta de recursos no les afecte física, psicológica y socialmente. Así lo denunció ayer Unicef, que cifra en más de 2 millones de niños, uno de cada cuatro, el número de menores españoles en riesgo de pobreza relativa, lo que significa que viven en hogares que disponen de menos de 14.300 euros al año (para familias con dos adultos y un niño).

«Ser un niño pobre en España no significa pasar hambre, pero sí tener más posibilidades de estar malnutrido; no significa no acceder a la educación, pero sí tener dificultades para afrontar gastos o abandonar de forma temprana los estudios; no significa no poder ir al médico, pero sí tener problemas para pagar algunos tratamientos», explicó la responsable del estudio Infancia en España 2010 – 2011, Marta Arias.

El problema es que cada vez hay más niños que padecen falta de recursos debido a la crisis. De hecho, el número de menores de 16 años en riesgo se ha incrementado en más de un punto porcentual (del 23,3% al 24,5%) en el último año. Sorprende además que dicha tasa se sitúa entre las más altas de la UE (con una media del 20%), solo superada por Rumanía, Bulgaria, Letonia e Italia. En Catalunya la cifra es del 13,6%, claramente por debajo de la media española y de la europea.

EFECTOS DE LA RECESIÓN / El informe incide en que la pobreza se ceba con los menores, dado que la tasa de pobreza del total de la población se sitúa en el 19,5%. «En los hogares con niños el impacto de la crisis se está notando de manera más intensa», subrayó Arias, quien puso como ejemplo que, según una encuesta, el 49% de la población manifiesta que la recesión les ha afectado al bolsillo, un porcentaje que se eleva al 60% en el caso de hogares con menores.

La pobreza se concentra además en las familias numerosas, en las que el 44% de los niños están en riesgo, en las monoparentales (el 38,6%) y entre los inmigrantes, donde más de la mitad (el 52%) de los menores están en riesgo de pobreza relativa.

Unicef culpa de estas cifras principalmente a la «escasez e incluso ausencia de políticas públicas y medidas concretas» para combatir la falta de recursos. El organismo para la infancia de la ONU denuncia que no solo el gasto público destinado a la familia está entre los más bajos (0,7% del PIB, frente al 2,3% de media de la UE), sino que España es, con Grecia, el estado europeo en el que las políticas de transferencias públicas tienen menor impacto en la reducción de la pobreza infantil.