Pequeños ladrones por 20 euros

ABC, JOSE M. CAMARERO | MADRID, 13-07-2009

Se viene repitiendo desde hace muchos años, día a día, en José Abascal, una de las calles más concurridas de la capital. Pero los comerciantes, tenderos, camareros y hasta taxistas que trabajan en la zona han dicho «basta» a los grupos de niños rumanos que acosan continuamente a viandantes, clientes y dueños de los negocios. El problema de estos menores es que actúan como verdaderas mafias organizadas para evitar la vigilancia de la Policía Nacional. Y los empresarios de la zona se quejan de que sus negocios se están viendo perjudicados y la actividad se resiente porque ya no pasan tantos clientes por la zona.

El tramo en el que se producen más hurtos se encuentra en la calle de José Abascal, entre el límite de esta vía con el Paseo de la Castellana y el cruce de la calle de Zurbarán. En esa zona, un grupo de hasta 20 niños rumanos de etnia gitana «se reparte sus funciones», según relatan los empresarios. Uno se dedica a vigilar para ver si llega la Policía, otro entretiene a la víctima, otros perpetran el hurto…

Del atasco a las terrazas

Originariamente, el problema sólo afectaba a los conductores, asediados por estos menores cada vez que se cerraba el semáforo de la calle. Al ser una vía tan congestionada, los rumanos intentan limpiar los cristales de los vehículos y aprovechaban cualquier descuido para robar los bolsos, monederos u otros objetos de valor que tuvieran los conductores en sus asientos, a través de las ventanas o, directamente, abriendo las puertas.

Nunca hay adultos

En el grupo de rumanos que cada día hacen de las suyas en José Abascal nunca hay adultos. Saben que los niños sólo pueden ser trasladados al Grupo de Menores, pero desde ahí vuelven a salir a la calle.

Los hurtos que realizan podrían ser considerados delitos si robaran más de 400 euros, aunque, en la mayoría de los casos, se trata de pequeños robos con los que no ganan más de 20 euros al día.

Ante el agravamiento de esta situación, los empresarios de la zona se han dirigido a la Policía Nacional para denunciar los hechos. Sin embargo, los agentes les explican que ellos no pueden hacer nada, básicamente porque son menores y en muchos casos indocumentados. Se les puede detener durante algunas horas, pero en cuanto les sueltan vuelven al lugar a perpetrar sus robos.

Por ello, este grupo de empresarios estudia dirigirse a la Junta de Distrito para exigir que se tomen medidas para acabar con esta situación. «La administración que le competa debe tomar cartas en el asunto», aseguran algunos de los empresarios.

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